Bipolaridad, el trampolín de las emociones

El trastorno bipolar se caracteriza por la alteración del estado anímico de una persona sin causa aparente para algunos científicos, mientras que para otros se debe a componentes genéticos por un lado y a desniveles de elementos bioquímicos de neurotransmisores del cerebro como la serotonina, la dopamina, la noradrenalina, entre otros, que son las que conectan las emociones.

Se dice que es bipolar una persona cuando se manifiestan dos fases clásicas en el llamado trastorno y en períodos de tiempo relativamente cortos, una es la manía o hipomanía y la otra la depresión, la primera se caracteriza por la euforia, habla velozmente, realiza acciones compulsivas; la segunda, es más bien una sensación de entrega, la persona se siente abatida e infeliz.

¿Mi adolescente es bipolar?

La depresión se distingue de trastorno bipolar porque existió un evento importante que fue el detonante de ese sentimiento, algún problema o pérdida que genere esa sensación y al cual los expertos llaman unipolaridad; en el caso de la bipolaridad el motivo pudo ser algún medicamento o simplemente la enfermedad que ya se instauró en la persona con ese sube y baja de emociones.

Tipos de trastornos bipolares

Tipo I: el individuo experimenta manías o hipomanías, cuadros de euforia, irritabilidad, añadido a un suceso depresivo de manera recurrente, un episodio no es suficiente para emitir el diagnóstico de este tipo de Trastorno Bipolar.

Tipo II: el paciente refleja eventos depresivos mayores, así como al menos un acontecimiento hipomaníaco, este tipo de bipolaridad es más fácil de diagnosticar.

Ciclotimia: la persona tiende a cambiar rápidamente entre el estado de hipomanía y de depresión, el ciclado es bajo y suele confundirse como un rasgo de la personalidad de quien sufre la patología.

Cuadros mixtos: existen trastornos de ansiedad y de depresión visibles en el paciente.

El Trastorno Bipolar es una enfermedad que no tiene cura pero sí se puede controlar,  para el manejo adecuado de la patología existen cuatro elementos fundamentales que son: la psicoeducación, la psicoterapia, la farmacoterapia y la terapia de electroconvulsión en casos extremos y necesarios. Jamás debe autoevaluarse y mucho menos auto medicarse, es importante que acuda a consulta médica  donde se encuentran personas expertas y sabrán qué soluciones ofrecer para evitar desenlaces fatales.