El cabello es una de las mayores armas de belleza de las mujeres, por eso cuando las mechas están dañadas es momento de invertir en nuevos cuidados. Si tu cabello constantemente luce seco, con exceso de frizz y tiene dificultad para absorber los productos, por más que tratas de hidratarlo, el problema puede ser su porosidad, que es la capacidad o incapacidad que tiene el cabello de absorber los líquidos y la humedad.
Pero la buena noticia es que no todo está perdido, el uso de productos y tratamientos adecuados hace posible cambiar este escenario, y dejar las mechas más bonitas y saludables. Conoce algunos consejos y comienza con los cuidados.
Haz una prueba rápida con un vaso de agua para revelar el nivel de porosidad del cabello
En la mayoría de los casos, la porosidad natural del cabello es de origen genético, pero los factores externos, como los procedimientos químicos y la contaminación ambiental, por ejemplo, también pueden influir y provocar alteraciones en las mechas.
En primer lugar, para obtener buenos resultados al recurrir a tratamientos, es necesario identificar cuál es el nivel de porosidad del cabello. Para los especialistas, lo ideal es que haya un equilibrio, el cabello no debe estar muy poroso ni poco poroso, ¿cómo se puede identificar el grado?
Contrario a lo que mucha gente piensa, la respuesta es más simple de lo que parece, necesitas un vaso con agua a temperatura ambiente y que tu pelo esté absolutamente limpio, sin ningún producto en él; y después con las dos manos mete el cabello en el vaso y espera 10 minutos antes de observar el resultado.
Entre las posibilidades, están las siguientes: si el cabello flota en el agua tiene baja porosidad; si el cabello está a la mitad del vaso tiene una porosidad regular; y si se va al fondo del recipiente tiene una alta porosidad. Si tus mechas no tiene una porosidad normal o equilibrada, es momento de conocer los mejores cuidados para recuperar su salud.
Reconstruye las mechas muy porosas e hidrata las que presentan una porosidad baja
El cabello con una alta porosidad es el más problemático y es el más fácil de identificar, incluso antes de hacer la prueba con el vaso de agua, se puede notar que su aspecto es reseco y tiene frizz. Las cutículas están levantadas o dañadas, y por eso mismo pueden absorber la humedad fácilmente y perderla con la misma facilidad.
Este tipo de cabello es frágil, por lo tanto es susceptible dañarse y romperse. Para tratarlo de manera correcta, el consejo es invertir en cremas reconstructoras ricas en proteínas para reponer la masa perdida, y el uso de un buen acondicionador y un leave in para garantizar una apariencia hidratada. Otra medida importante es enjuagar las mechas con agua fría para ayudar a sellar las cutículas.
Mientras que las mechas que presentan baja porosidad, las cuales, a diferencia de las altamente porosas, requieren de mucho tiempo para secarse, su mayor problema es que la acumulación de productos dificulta su absorción e hidratación. En estos casos, la recomendación principal es evitar los productos que tengan proteínas, este ingrediente esta presente en exceso en este tipo de cabello, invierte en hidrataciones y tratamientos con óleos capilares.
Al momento de lavar el cabello, el secreto es comenzar con una ducha caliente que abra las cutículas, y después usar agua fría para garantizar que se cierren, y así puedan retener el agua y vuelvan a estar hidratadas.