La cirugía laparoscópica es un procedimiento quirúrgico sencillo que consiste en abordar mediante tres a cinco incisiones pequeñas, la zona abdominal o pélvica afectada del paciente, e introducir por dichos orificios (de entre 2 a 15 mm) el material necesario para efectuarla.
A través de tubos delgados, se colocan los trocares por los cuales se inserta una microcámara conectada a un televisor, el cual permite al médico tener una visión interna del área a intervenir. Esta cirugía es grabada en video para posteriormente reproducirla con fines de evaluación del propio médico, o como material didáctico para otros doctores.
Durante la primera etapa de esta cirugía, se introduce el instrumental quirúrgico: pinzas, punzones, tijeras, porta agujas, suturas, entre otros y bióxido de carbono, creando una bolsa de gas dentro del paciente para dar espacio necesario para la manipulación del cirujano. Al terminar el proceso, se deben retirar correctamente todos los elementos utilizados durante la intervención y cerrar las incisiones con puntaje sencillo, para posteriormente colocar pequeños pedazos de gasa.
El término laparoscopía, es un derivado del griego laparos, que significa abdomen, y skoppein, que es examinar. Sin embargo, este término sólo se refiere al acto de examinar esta zona del cuerpo, no a la técnica antes mencionada, la cual fue avanzando con el paso del tiempo, pasando por distintos procesos y adaptaciones hasta la década de los ochenta, los cirujanos Eric Mühe en Alemania y Phillippe Mouret, en Francia, desarrollaron la técnica moderna como hoy la conocemos, siendo posteriormente utilizada a nivel mundial y perfeccionada con el paso de los años.
La cirugía laparoscópica, es una técnica muy comúnmente utilizada hoy en día, por ser una intervención denominada como de mínima invasión, puesto que la incisión hecha es pequeña y por lo tanto no conlleva mucho daño al paciente, a diferencia de la cirugía clásica, la cual llega a ser dolorosa, molesta y requiere de muchos cuidados post operatorios.
A través de esta intervención se realizan numerosos procedimientos, como lo son la cirugía de colon, de estómago, de bazo, de la vesícula biliar, de esófago, y actualmente, de intestino, así como de corte ginecológico. Es usada de igual forma para tratar casos de obesidad severa.
La cirugía laparoscópica es utilizada frecuentemente en casos como los cuadros severos de dolor agudo aparentemente sin explicación, obstrucciones intestinales, las hernias, las apendicitis agudas, los tumores de colon y/o rectales, la inflamación vesicular, la endometriosis, los embarazos ectópicos, los quistes de ovarios, la colelitiasis, la adherencia intestinal, el reflujo gastroesofágico y un sinnúmero de padecimientos más.
Existen varios tipos de cirugías laparoscópicas, entre los cuales están los siguientes:
- Laparoscopía quirúrgica:
La cual es utilizada frecuentemente para aliviar los padecimientos abdominales o pélvicos antes mencionados.
- Laparoscopía experimental:
Como su nombre lo dice, este tipo de laparoscopía está aún en vías de investigación y pretende utilizar orificios del cuerpo naturales como el ombligo o la vagina.
La cirugía laparoscópica tiene una duración variable dependiendo de la complejidad y del padecimiento, puede tomar de unas horas a toda la mañana o tardes enteras, pues puede ir de una reparación de hernia a extracción de tumor intestinal.
En ocasiones se requiere que el paciente ingrese una noche anterior a la operación, con los preparativos necesarios de una cirugía, y posteriormente, el post operatorio puede llegar a durar de tres a cuatro días, según la valoración del médico encargado.
En caso de que la laparoscopia realizada no fuera de tipo exploratoria, el paciente podría salir a las 24 horas siguientes de dicho procedimiento.
Dentro de las recomendaciones post operatorias de los médicos, se encuentra el hecho de no realizar esfuerzos, no conducir y no cargar cosas pesadas que podrían lastimar al paciente, por ello, se aconseja ir acompañado por algún familiar o amigo durante este proceso, asimismo, de previamente mantener un ayuno de ocho horas y llevar ropa y calzado cómodos tanto para el ingreso como la alta hospitalaria.
Este tipo de cirugía requiere de anestesia general, cuyas molestias tales como nauseas y mareos pasarán unas horas después.
Normalmente, el abdomen del paciente queda un poco inflamado, debido a los restos del bióxido de carbono utilizado, lo cual llega a causar molestias ya que puede ejercer presión a la vejiga provocando ganas de orinar, o bien, se estira el músculo de la respiración (diafragma), produciendo dolor de hombros.
A pesar de ser una cirugía muy segura y recurrida hoy en día, existen riesgos y complicaciones, como en cualquier proceso quirúrgico, las cuales se deben de tomar en cuenta, tales como un posible sangrado causado por una mala cicatrización, infecciones en la herida durante el periodo postoperatorio que puede desembocar en una peritonitis, problemas derivados de la anestesia general, una lesión de las arterias u órganos involucrados durante la operación.
No obstante, los resultados de esta técnica son muy buenos y satisfactorios tanto para pacientes como para los médicos involucrados, puesto que tiene una recuperación indolora, rápida y poco molesta. Su cicatrización es apenas evidente y con una ventaja cosmética superior.
La cirugía laparoscópica es una técnica precisa y poco agresiva con el paciente. Este procedimiento permite ingerir alimentos tempranamente, además de que los días de hospitalización son menos comparados con la cirugía tradicional, y a su vez, tiene excelentes resultados y avances. Es una práctica actualmente común, que continúa en crecimiento y desarrollo.