Desde una emoción positiva, nuestros obstáculos se resuelven de forma más favorable.
Cuando somos optimistas, somos más activos, el obstáculo se percibe menos aversivo y nos sentimos más capaces de afrontarlo, gracias a que nos mostramos más entusiastas, con mayor capacidad de crear, de trasformar y de responder.
Unas emociones positivas, nos generan salud y alegría de vivir. Las emociones negativas, como por ejemplo la tristeza, nos frenan a avanzar, a resolver, nos destruye la autoestima y nos paraliza.
Por eso es tan importante trabajar las emociones positivas. Y sentirnos optimistas diariamente.
Llegados a este punto, la pregunta es obvia: ¿Cómo puedo sentirme más optimista?
Para trabajar el optimismo, y las emociones en general, debemos ejercitar nuestro cerebro y dedicarle tiempo, igual que cuando ejercitamos el cuerpo.
¿Ha pensado ya, donde pegar sus cartulinas de colores, para fomentar las emociones cálidas y positivas a diario?