A veces evitar enfermedades respiratorias puede ser tan sencillo como cambiar una serie de hábitos. En la mayoría de los casos puede resultarnos una obviedad pero no por ello debemos ignorarlo.
- En primer lugar queremos hablar de la higiene. Está demostrado que si nos lavamos las manos con frecuencia evitamos el 80 por ciento de los contagios de resfriados y otras enfermedades. Debemos hacerlo con agua y jabón y durante un minuto. Es fundamental acostumbrar a los niños a hacerlo desde bien pequeños.
- Mantén húmedo el ambiente de tu hogar sobre todo si usamos la calefacción. A pesar de lo que se cree no es el frío el que causa los resfriados y otras patologías, sino los virus, que se trasmiten con más facilidad cuando descienden las temperaturas y se seca el ambiente. Con el frío, además, disminuye la secreción de mucosidad de la nariz y la boca, lo que ayuda a contener los patógenos.
- Hidrátate. La hidratación es muy importante a la hora de eliminar secreciones y de prevenir la sequedad de garganta y nariz. Puedes beber agua o infusiones a lo largo del día.
- Aunque parece que ya se ha descartado que la vitamina C evite los resfriados y las gripes, lo que sí es verdad es que una buena alimentación y un descanso adecuado que incluya un mínimo de 7 horas de sueño diarias, refuerzan nuestro sistema inmunológico.
- Cuando estornudes o tosas sobre tus manos lávalas tan pronto como sea posible. Igualmente evita estar junto a una persona que estornude o tosa.
- Ventila tu casa a diario y hazlo con más frecuencia en habitaciones donde haya varias personas como una oficina, el aula de un colegio, una tienda…. La mayoría de gripes y resfriados se producen por contagio en estos ambientes cerrados.
- Evita el tabaco y los lugares con humo. En la medida de lo posible, respira aire limpio en a jardines o espacios abiertos sin contaminación en las horas centrales del día.
- Procura evitar los cambios bruscos de temperatura, hacer deporte a la intemperie en las horas más frías del día y seca tu pelo con secador inmediatamente después de lavarlo.
Aunque un resfriado o una patología respiratoria no debe durar más de una o dos semanas, acude a tu médico si ves que se prolonga en el tiempo, podría complicarse. Entre todos, con estos consejos, podremos evitar coger más de un catarro.