Los padres suelen tener expectativas con la vida de sus hijos, verlos caminar por primera vez, decir sus primeras palabras, ir a la escuela, asistir a una buena universidad, independizarse… esto último es fácil decirlo, pero asumir que nuestro pequeño o pequeña ya es adulto para irse de casa es otra cosa, en ocasiones está situación genera un estado de angustia y un sentimiento de desolación que no nos había pasado por la mente.
El síndrome del nido vacío, como se conoce en el ámbito psicológico, se caracteriza por una sensación general de soledad que se produce cuando los hijos se mudan de casa, cuestión que muchas veces los padres no saben cómo afrontar. Los síntomas que van de la mano con este síndrome, y que ayudan a diagnosticarlo son:
- Sentimientos de tristeza: La melancolía se hace presente varias veces al día.
- Aburrimiento: Genera una sensación de no tener nada que hacer.
- Recuerdos constantes: Los pensamientos recurrentes sobre el pasado se ponen de manifiesto a través de observar fotos, hacer comentarios sobre los hijos en su etapa de niñez.
- Sensación de pérdida de sentido de la propia vida: La sensación de vacío hace que nos sentamos como en el limbo y sin saber cómo asumir esta nueva etapa.
- Sensación de felicidad perdida: Creer que la casa nunca más será la misma y que los espacios que se disfrutaban jamás volverán.
- Quejas somáticas: El malestar y el cansancio aparecen y se confunden con síntomas de otra patología
- Problemas para dormir: El insomnio motivado a los pensamientos recurrentes es común.
Debemos recordar que estos síntomas pueden estar asociados con otras enfermedades por lo tanto el diagnostico debe ir acompañado de un historial que permita relacionar el abandono del hogar paterno por parte de uno o más hijo con la aparición de la sintomatología.
Prepararse para la partida de los hijos, hacer a un lado pensamientos aterradores y mantenerse en contacto con ellos puede ser una forma de sobrellevar la pena. Enfócate en tus propias necesidades, proponte nuevos proyectos, redescubre el amor de pareja y proponte disfrutar de esta nueva etapa.
Hasta cierto punto, puede considerarse como una etapa, este conglomerado de síntomas; sin embargo, si se prolongase en el tiempo pudiera derivar en trastornos de ansiedad y depresión, por esta razón es indispensable solicitar ayuda psicológica con un personal adecuado para evitar males mayores.