Varios estudios revelan que comer sano, a parte de saludable, es más barato.
Si queremos sentirnos sanos por fuera y por dentro, lo ideal es empezar por una dieta sana y equilibrada. Si conseguimos mentalizarnos ya desde el momento de ir a hacer la compra, de la cantidad de productos sanos que encontramos a un precio muy asequible, el resultado no sólo será que nos sentiremos mejor, sino que además nuestra economía también lo notará. De hecho, según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), podemos llegar a ahorrar hasta 600 euros al año.
A parte del beneficio económico y saludable, si realizamos una compra basada en alimentos sanos y equilibrados, ayudaremos a reducir el gasto sanitario en enfermedades relacionadas con la obesidad, lo que supone hoy en día un 7% de la factura total sanitaria.