Galletas de jengibre

Ingredientes para unas 25-30 galletas:

  • 170 gr de mantequilla
  • 1 huevo M
  • 130 gr de azúcar moreno
  • 180 gr de miel
  • 400 gr de harina
  • 1 cucharadita de sal
  • 1/2 cucharadita de bicarbonato
  • 2 cucharaditas de canela
  • 2 cucharaditas de jengibre en polvo
  • 2 clavos machacados
  • 1 pizca de nuez moscada
  • 1 cucharadita de levadura en polvo

Ingredientes para la glasa:

  • 1 yema de huevo
  • 180 gr de azúcar glas
  • colorantes en gel

Lo primero que vamos a hacer es derretir la mantequilla en el microondas, hasta que se funda prácticamente del todo. Le añadimos, el azúcar, la miel, la sal y todas las especias y mezclamos todo bien, hasta que la miel esté completamente fundida.

Añadimos el huevo y volvemos a mezclar hasta que se incorpore y por último vamos añadir la harina con la sal, la levadura y el bicarbonato sódico. Hay que mezclar todo muy bien, para que todos los ingredientes se incorporen adecuadamente. Cuando ya esté, tapamos con un film y la metemos a la nevera durante unas 6 horas. Este tiempo en la nevera es necesario, porque esta masa es muy pegajosa y necesitamos que tome consistencia.

Pasado ese tiempo, sacamos la masa del frigorífico y vamos a estirarla sobre la encimera cubierta con mucha harina para que no se pegue, al igual que el rodillo que tiene que tener harina cada vez que estiremos la masa. Hacemos las galletas con nuestros moldes y metemos al horno precalentado a 180ºC, durante unos 20-30 minutos, dependiendo del horno, tenéis que ir viendo como cogen color. Entonces, ya podemos sacarlas del horno y dejar que se enfríen sobre una rejilla.

Para preparar la glasa, cogemos la clara del huevo y la batimos hasta que aparezca espuma, es entonces cuando empezaremos a añadir el azúcar glas. La consistencia de la glasa no tiene que ser ni muy dura ni muy blanda, un término medio. Para los bordes de la galleta, utilizaremos una mezcla un pelin mas dura y para el relleno más líquida.

Según el color con el que queráis decorar las galletas, añadimos unas gotas de colorante, lo metemos en una manga pastelera y vamos rellenando las galletas.

Ahora, tenemos que dejar que la glasa se seque hasta el día siguiente y ya estarán listas para hincarles el diente.

Da un poquito de pena comérselas, porque quedan tan bonitas, pero están buenísimas, esa mezcla de especias es alucinante, os deja un regustín en la boca buenísimo.