Cuando intentamos dilucidar las medidas preventivas más eficaces, la mayoría de expertos vuelven, una y otra vez, a enfocarse en el papel que juegan las familias. La familia es la entidad más importante en donde se puede comenzar de inmediato a planificar e implementar acciones concretas que lleven a preparar, a todos nuestros hijos, a tomar decisiones apropiadas en cuanto al consumo de drogas.
El papel de las familias dentro de la prevención tiene que estar basado en una serie de valores y mecanismos que, a través de la comunicación, el respeto, la educación y el amor, logre inculcar en los más jóvenes dichos valores y los hagan menos susceptibles de ser atraídos hacia el mundo de las drogas. Tarde o temprano todos nuestros jóvenes se van a tener que enfrentar a decidir si aceptan o no la droga que un compañero, amigo, pareja, etc. le está ofreciendo y debemos haberle dado las herramientas suficientes para poderse mantener firme.

Se han mostrado una serie de aspectos que son fundamentales dentro de la prevención del consumo de drogas y que todas las familias han de tener presentes y trabajar. Dichos aspectos son:
- Fortalecer la capacidad de tomar decisiones personales.
- Fomentar el ser consecuente con las decisiones tomadas, incentivando la responsabilidad.
- Promover la auto-aceptación y autoestima.
- Imponer límites razonables y claros.
- Evitar actitudes sobreprotectoras que fomenten la dependencia.
- Fomentar la autonomía personal.
- Promover la expresión de los sentimientos.
- Fomentar la confianza y la honestidad dentro del núcleo familiar.
¿Cómo logramos esto? Pues básicamente a través del ejemplo y de la comunicación. Es increíble como nuestro hacer en el día a día influye en el carácter de nuestros hijos. Como el hecho de mantener un diálogo constante, unas normas definidas y un criterio estable a la hora de tomar decisiones, van a moldear el carácter, de tal forma, que le estamos dando los medios necesarios a la persona para poder tomar la decisión correcta.
No se trata de imponer nuestra voluntad de una manera férrea y absoluta. Se trata de establecer una serie de normas, de ser coherentes y de lograr una comunicación constante y fluida tratando de que no existan temas tabús.
Trabajar estos aspectos no está libre de dificultades. En muchas ocasiones el amor incondicional que sentimos por nuestros hijos nos hace tomar medidas que pueden ser perjudiciales para el cumplimiento de los aspectos arriba mencionados. Muchas veces el que nuestros hijos sean consecuentes con una decisión equivocada o la imposición de límites firmes, puede llegar a ser doloroso para los padres al ver el sufrimiento de los hijos. La base de la prevención en el consumo de drogas es lo que podríamos llamar el amor responsable y no tanto aquella educación basada en el evitar sentimientos incomodos para con los hijos.