No hay indicios de que el uso frecuente, a largo plazo pueda causar daños.
Existe el peligro de que el uso repetido puede dañar las células dentro de la dentina, la capa justo debajo del esmalte. Pero “no hay evidencia de que exista ningún efecto perjudicial”.
La mayoría de los blanqueamientos actúan justo debajo del esmalte, cambiando su color, aunque los efectos son temporales. Café, vino y en especial el tabaquismo pueden volver a manchar los dientes.
Los blanqueamientos pueden causar dolor en los dientes sensibles en el corto plazo, sobre todo para los más jóvenes. Pero cualquier sensibilidad es probable que desaparezca una vez que se detiene el blanqueamiento. Su ingrediente activo es generalmente el peróxido de hidrógeno, que se descompone en el cuerpo en agua y un compuesto inocuo llamado urea.
Lo realmente preocupante es la gente que trata de eliminar las manchas con un cepillado demasiado agresivo, que puede dañar la estructura del diente y dejar surcos que pueden conducir a la caries.
Las personas que se preocupan por el color de sus dientes deben hablar con su dentista acerca de qué producto es el adecuado para ellos, y para asegurar que la causa de la decoloración no es la caries dental.
Algunas personas son “adictas” a los dientes súper blancos. Recuerda, “El blanco puro no es lo que los dientes naturales parecen“.
Nota: Antes de realizarse cualquier tipo de blanqueamiento dental, es importante conocer el estado de salud en que se encuentran nuestros órganos dentarios.