Esta pequeña aventura nació en el año 2004, cuando después de muchos años de compartir inolvidables momentos con mis bracos alemanes, decidí adquirir algún ejemplar de teckel, raza que siempre me había atraído.
Después de preguntar, ver y sobre todo escuchar mucho a los que saben de esta raza, concluí que la mejor opción pasaba por importar algunos ejemplares de Alemania, su país de origen y que tiene al datchshund teckel como algo más que una raza de perros.
Importé ejemplares de varios afijos seleccionados como Vom Roggenhof y Geestmor entre otros, que tenían su base genética en antiguas y contrastadas líneas de sangre. La aventura había comenzado y llegaron a mis manos Cito Vom Roggenhof, Zelia vom Frischlingshof, Floria vom Geestmor y Yorick aus der Probstei.
Desde el principio destacó entre ellos mi querido Cito, perro codicioso en la caza, incansable en el campo y con un equilibrio de carácter e inteligencia que para mi eran desconocidos en un perro hasta ese momento. En mi familia lo calificaron pronto como un cerebro humano en cráneo de perro. Puedo decir que mi querido Cito me conquistó desde el primer día, más lo aprecié conforme lo iba conociendo y fue el que me pasó al bando de los incondicionales a la raza.
Todo elcamino recorrido hasta hoy no ha sido fácil. El 12 de enero de 2008 fueron robados de mi casa, Cito, Zelia y Floria; superados el estupor inicial y el dolor por la pérdida, puse todo mi empeño en recuperar a mis tres compañeros. Cito fue recuperado después de escapar de los indeseables que lo robaron y ser atropellado, desgraciadamente falleció pocas horas después; siempre estaré en deuda con Julio, del centro canino Chichet que recogió y veló en sus últimos momentos a mi querido Cito; Floria nunca fue recuperada y Zelia, inseminada de Cito, fue recuperada por mí en los primeros días de febrero.
Sirvan estas líneas como recuerdo a mis queridos Cito y Floria.
La vida sigue y aunque la herida de semejante pérdida ha dejado cicatriz, continúo con la misma ilusión del primer día. Cuento con la base genética de los inicios y trato de incorporar nuevas sangres de contrastado origen, alemán en este caso. Rauhenstein, Roggenhof, Marosmenti-Rudifogo y od Vevody Huberta entre otros, son afijos presentes en el pedigrí de mis perros.
La motivación actual es la misma que al principio, disfrutar de unos magníficos perros y, manteniendo el planteamiento familiar de cría, obtener perros con morfología excelente y aptitud para el trabajo contrastada.
Considero básico en mis planteamientos de cría, obtener perros de carácter equilibrado (rasgo que quizá venga dado por su aptitud para el trabajo), es decir, perros que ladren y muerdan cuando deben, adiestrables, inteligentes y adaptables.
Siempre he valorado en mis perros de caza su pasión en el campo, su capacidad de asimilar las experiencias que la caza les proporciona domingo a domingo y un rasgo, humano, para mí muy importante como es la sensatez.
Descarto perros que aunque con fina estampa, se amedrenten al mínimo ruido, sean agresivos sin motivo o no demuestren pasión en el campo. Busco en mis teckels, animales armoniosos y dentro del estándar pero valorando mucho su aptitud para el trabajo y su equilibrio de carácter. Prefiero, al referirme al teckel, hablar de polivalencia más que dualidad; prefiero los perros equilibrados, apasionados en el campo y dentro del estándar de la raza.
Agradezco y reconozco el apoyo de mi familia, sencillamente imprescindible para recorrer este camino y, agradezco a todos los amigos la confianza que depositan en el trabajo de cría y selección que realizo, al adquirir uno de mis teckels.
Para finalizar, transcribo el pensamiento de Lord Byron sobre este notable animal que es el perro: “posee belleza sin vanidad, fuerza sin insolencia, valentía sin ferocidad, todas las virtudes del hombre y ninguno de sus vicios”.