Paraíso: una película mexicana que trata los grandes problemas causados por la obesidad

En artículos pasados, hemos hablado de dos películas que tocan el tema de la obesidad desde la problemática de las grandes industrias de la comida. En el artículo del día de hoy, vamos a hablar de otro producto cinematográfico, pero esta vez, se trata de un producto ficcional (recordemos que tanto Food Inc. como Super size me, se trataban de documentales) y de manufactura mexicana. Veamos pues, cómo nuestros compatriotas analizaron el problema de la obesidad a través de un producto ficcional.

Paraíso es una película mexicana dirigida por Mariana Chenillo, bajo la producción de Canana, una de las productoras del país más importantes y que ha destacado por su gran apoyo a las producciones independientes. Probablemente hayas escuchado el nombre de esta productora ligada al de Gael García Bernal y Diego Luna.

Hasta ahora, Canana había apostado por películas muy específicas, donde su público target era la gente que gustaba de los festivales y muestras de cine. Sin embargo, con Paraíso ha logrado acercarse a un público mucho más amplio y echando mano de una fórmula mucho más comercial en la que se trata un tema complejo a través de un género cinematográfico catalizador: la comedia.

En un artículo previo habíamos comentado lo peligroso que puede resultar el abordar los problemas de obesidad —que en casos severos o no tan severos se puede recurrir a la opción de una cirugía de banda gástrica — a través de la sorna o burla, sin embargo, con un tono de comedia adecuado no se cae en la burla del personaje, sino en la de abordar un tema tan complejo como lo es la obesidad a través de un género mucho más digerible para el público masivo, en este sentido, garantizando una mejor difusión del mismo y un mayor alcance para el mensaje que se quiere dar a través de ella.

Aunque la idea principal era hacerla una serie de televisión, conforme fue avanzando la producción se dieron cuenta que por las características del guión era mejor hacerla en formato de película, pues a través de este lenguaje en particular se podrían alcanzar los propósitos más importantes de la trama: el mostrar lo difícil que es el control de la obesidad en la sociedad actual, no sólo en nuestro país, sino, en todo el mundo.

Con un tono bastante familiar y empático, la película nos cuenta la transición de una pareja con sobrepeso de la zona metropolitana a la Ciudad de México, y cómo se ven inmersos (gracias al trabajo de él) en un ambiente mucho más prejuicioso en el que la imagen comienza a contar más de lo que esperaban. La protagonista se plantea bajar de peso gracias a dos momentos cruciales: el primero es escuchar accidentalmente dos conversaciones en donde dos mujeres esbeltas hacen mofa de ellos, haciendo un particular hincapié en cómo luce la protagonista.

El segundo es la sospecha que tiene ella de que su novio la está engañando con alguien mucho más delgada, lo que la motiva a buscar una de esas agencias que te ayudan a perder peso, con tal de cumplir con una imagen de belleza impuesta por el grupo social en el que se desenvuelve en esta nueva etapa de su vida.

Aunque en la película, la cirugía de banda gástrica no aparece, pues esta no se enfoca en un aspecto clínico de la obesidad, sino en uno mucho más emocional, sin duda se trata de una pieza cinematográfica importante para entender la importancia de la atención psicológica dentro de un proceso o tratamiento para erradicar la obesidad y la diabetes.

La situación para la pareja se complica, pues aún con el afán puesto por ambos, el único que parece estar perdiendo peso es él, lo que llena a la chica de una insuperable frustración, que sin duda comienza a afectar directamente su relación. Esta perspectiva cambia totalmente el sentido de la película al centrarse en cómo las mujeres son juzgadas constantemente por la manera en que lucen y obligadas a lucir delgadas con tal de cumplir con estéticas sociales.

Y es que no estamos diciendo que la obesidad sea algo sano, ni la película lo hace, pues se sabe que el sobrepeso puede llevar a complicaciones de salud muy importantes como la hipertensión arterial, entre otros, o llevar a tratamientos complejos e invasivos como lo es la cirugía de banda gástrica; sino que la imagen no debería ser un tema primordial para considerar bajar de peso, pues pierde todo el enfoque de salud y hace mucho más difícil el cumplimiento de las dietas o de los ejercicios.

En ese sentido, la película busca hacer notar, que el cambio debe ser por uno y no para ser aceptado por cierto grupo de persona, como sucede con la protagonista. La consecuencia de no bajar de peso, crea en la protagonista ansiedad que se ve tolerada gracias al consumo excesivo de comida, llevándola a un círculo vicioso y que justamente es en el que se encuentran la mayoría de los pacientes con obesidad y diabetes.

Lo interesante de la película es que logra dos cometidos sin convertirse en producto panfletario que puede aburrir o pasar desapercibido para un público mucho más grande: cuenta una historia coherente y además nos ayuda a analizar ciertos puntos de nuestra sociedad (cómo juzgamos a los demás) y de nosotros mismos (cómo enfrentamos las dificultades de nuestras vidas).

Es muy probable, que uno de los tratamientos adecuados de la protagonista hubiera sido una cirugía de banda gástrica para alcanzar una reducción mucho más rápida y, al mismo tiempo, contar con una herramienta física e irreversible que nos permita tener un menor consumo de comida. Sin embargo, sea cual sea el tratamiento, el apoyo de la familia y la asistencia psicológica pueden ayudar considerablemente a mejorar los resultados del tratamiento.

Te invitamos a ver esta película y sería grandioso para nosotros que compartieras tus impresiones sobre ella.