Hablar del metabolismo basal está de moda. Cuando vamos al nutricionista, al gimnasio, cuando vemos básculas de baño de última tecnología o leemos artículos sobre dietas alimenticias en medios de comunicación o Internet nos encontramos con estas dos palabras. ¿Sabemos qué significan?
Pues aunque parezca algo muy actual, ya en 1919 se empezó a hablar de la Tasa Metabólica Basal como la cantidad de calorías necesarias para mantener las funciones básicas del organismo en reposo. Ésta fórmula inicial y otros métodos en forma de ecuaciones matemáticas aparecidos más tarde, utilizan valores personalizados como el peso en kilos, el sexo, la edad, la altura y la masa muscular, para calcular cuántas calorías necesita cada persona a diario simplemente para estar vivo, aunque no nos movamos.
Según los expertos, hasta los 30 años nuestro metabolismo basal va en aumento. De los 30 a los 40 se estabiliza y, a partir de esa edad, comienza a descender. Es decir, que a partir de los 40 años tendremos más tendencia a engordar puesto que nuestro metabolismo basal, o el gasto calórico que necesita nuestro organismo, será menor.
¿Qué podemos hacer para evitarlo?
A partir de los cuarenta años solo hay una de las variables de la ecuación que podemos modificar a nuestro favor, la masa muscular. A mayor masa muscular, mayor gasto calórico en reposo. Por tanto, la gimnasia y un poco de fitness serán nuestros mejores aliados. Afortunadamente para ellos, los hombres tienen siempre por defecto, un metabolismo basal más alto que las mujeres, es decir, su organismo consume más calorías para funcionar.
Aunque en Internet existen infinidad de páginas con calculadoras de Tasa Metabólica Basal, te dejamos una, de las fórmulas, la de Harris Benedict, válida para adultos a partir de 18 años, por si quieres hacerlo tú mism:
- Hombre: 66,473 + ((13,751 x masa (kg)) + (5,0033 x estatura (cm)) – ((6,55 x edad (años))
- Mujer: 655,1 + ((9,463 x masa (kg)) + (1,8 x estatura (cm)) – ((4,6756 x edad (años))