Es conocido que el reflujo gastroesofágico es un padecimiento muy común entre los adultos; sin embargo, estudios internacionales señalan que en los países occidentales, los síntomas de la acidez y reflujo se presentan semanalmente en alrededor de 2% de los niños de entre tres y nueve años, porcentaje que se incrementa hasta 8% en los infantes de 10 a 17 años.
¿En qué consiste? El reflujo gastroesofágico se caracteriza por la sensación de acidez y quemadura que corre de la “boca” del estómago hasta la garganta, y que puede acompañarse de dolor crónico de garganta y estómago con y sin náusea asociada.
Este padecimiento afecta de manera directa la calidad de vida del niño. Los resultados de una encuesta realizada a padres en Estados Unidos arrojó que el reflujo bajó el rendimiento escolar en 53% de los niños, afectó sus hábitos de sueño en 69% de ellos y a 48% le trajo como consecuencia dificultad para relacionarse con sus amigos y familia.
Los niños con reflujo, en algunas ocasiones, no son capaces de expresar cómo se sienten, por lo que manifiestan su malestar a través del enojo, frustración, ansiedad y hasta depresión, lo que es perjudicial tanto para los pequeños como para sus familias. Este padecimiento impide que la estructura entre el estómago y el esófago (cardias o esfínter esofágico inferior) no funcione adecuadamente.
Las complicaciones incluyen el estrechamiento del esófago, llamada estenosis, úlceras, sangrados y en los casos más severos esófago de Barret, que es un cambio en el recubrimiento de este órgano que tiene el riesgo de convertirse en cáncer.
¿Cómo ayudo a mi hijo? Primero, detectando que hay una alteración de la función digestiva mediante la observación de los síntomas. Posteriormente, ir con el médico y una vez establecido el diagnóstico de reflujo gastroesofágico, los niños deben ser tratados, dependiendo de sus síntomas y condición.
En lactantes (menores de dos años), los cambios en el estilo de vida son el primer paso para reducir las molestias, algunas medidas útiles son:
- Alimentarlo de forma vertical para evitar que la comida se regrese al esófago.
- Sentar al niño, ayudarlo a eructar y ajustar sus porciones de comida.
- Modificar su dieta mediante la reducción de bebidas carbonatadas, chocolate y comidas picantes.
Además, el médico puede prescribir medicamentos como los inhibidores de la bomba de protones (IBP’s), que controlan la sobreproducción de ácido estomacal, como el medicamento granulado, desarrollado para edades pediátricas, el cual está indicado para niños de uno a 11 años de edad.
¿Sabías que…
En México, debido al incremento de la obesidad en la población general —incluida la infantil— se espera un incremento en los síntomas de reflujo, debido a que el sobrepeso es un factor claramente identificado como de los principales contribuyentes al desarrollo de la enfermedad?