¿Qué te impide vivir el ahora?

Muchas personas han vivido con una intranquilidad continua, con una sensación de inquietud e inseguridad, con constantes preocupaciones acerca de lo que va a pasar en su vida cotidiana, y tal vez, sin saberlo, se han acostumbrado a ello, tal vez por mucho tiempo.

Desagradables palpitaciones, un miedo inexplicable, sentirse lleno de ahogo y perder el control de cualquier situación. Tal vez todo esto sea útil, incluso necesario cuando nos enfrentamos a algo que nos lo requiere. Eventualmente, sería una de las opciones a elegir para dar respuesta a dicho momento. Pero cuando este no existe aquí y ahora, y siguen las palpitaciones, continúan estas sensaciones ¿Cómo podemos justificar todo esto?

¿Que te impide vivir el ahora? La ansiedad, es ese estado en el que tal vez existe una sensación de inquietud, agitación, dado que hay una visión de peligro, algo que aún no está en este momento y que aparece como una amenaza que se acerca. Indudablemente su función es proteger de peligros que puedan existir y al evitar muchas cosas es una forma de permanecer seguro, tal vez no es la mejor.

Una preocupación por algo que no está en él ahora se convierte en una profecía que se cumple, es decir, que esa preocupación predispone a actuar tal y como se temía que ocurriera. Ya sea que recuerde algo desagradable y lo reviva o que imagine que algo desagradable pasará, hay una tensión de lo que pueda pasar.

Por supuesto, se busca una solución a esa sensación y por lo tanto, existe, o al menos, dura más. Así se van construyendo los miedos más intensos, los que el individuo mismo va creando. Tener miedo es natural, pero permanecer en ese estado es una elección, elección totalmente individual.

Hoy en día afrontamos muchos cambios en el trabajo, en la salud, en la pareja y en muchos ámbitos más a los que debemos responder cada día, y que es importante saber afrontarlos. Cada cambio implica una elección para afrontar lo que viene.

En este momento funciona pensarse algunas cosas para poder hacer frente a esta situación:

¿Para qué ha sido útil sentirse de esta manera?

Date un momento para pensar en que te ha sido útil el sentirte de esta forma, al final de cuentas te ha acompañado por un tiempo y valdría la pena darte un momento para tomártelo en serio y preguntarte sinceramente: ¿para qué me es útil sentirme así?

Reconoce y acéptalo. Cualquier cosa a lo que uno se resista, persiste.

Combatirlo solo lo empeora, es decir, pensar que no se tiene el miedo, que es pasajero o calmarse a uno mismo solo hace más complicadas las cosas, así que prueba aceptarlo, déjalo fluir tanto como este bien para ti. Siempre es mejor reconocer aquello a lo que uno le tiene miedo ya que nos ofrece la posibilidad de controlar la situación.

Lo esencial es afrontar los miedos, poco a poco, mirarlos de frente.