Sugerencias para armar una tienda de acampada

Transformada en un emblema de dormir lejos de casa, las tiendas de camping se han convertido en un componente imprescindible en los campamentos, viajes de investigación y deportes de montaña.

Levantar y desmontar una tienda de camping es mucho más que clavar unas estacas y estirar los tensores. Cuando acampamos causamos algún efecto dañino a la naturaleza.

Poner correctamente tienda de acampada, en un terreno adecuado y siguiendo ciertas normas, son los cuidados principales a considerar para producir el menor efecto posible a la naturaleza. Estos son las reglas:

Guardar la tienda bien seca impedirá que se pique el tejido. Guardarla con el mínimo de dobladuras extenderá su vida.

Si la ponemos debajo de un árbol es posible que se pringue de savia o en caso de viento o tormenta ser aplastada por una rama.

La armaremos siempre sobre terreno sin vegetación, en caso contrario la cambiaremos de sitio cada pocos días para mitigar el efecto sobre la vegetación del terreno.

Si es ineludible armar numerosas tiendas sobre terreno virgen, se levantarán con mucha espacio entre ellas.

Acampar a no más de 300 m de corrientes o embalses ayudará a conservar el entorno.

Al volver al hogar se debe frotar la estructura metálico con un paño húmedo, especialmente si acampamos a la orilla del mar.

Enderezar y limpiar las estacas después de cada salida.

Antes de la partida revisar cierres, vientos y sellaje de las costuras.

Tener siempre varias piquetas sobrantes y el martillo para clavarlas por si no aparecen pedruscos en el perímetro.

Armar la carpa un terreno plano y raso de minúsculos objetos punzantes o abultados.

Para estancias de muchos días es posible situar un plástico bajo la tienda para proteger el suelo de churre y frotaduras. Además podemos cubrir esta área con hojas, paja o hierba para aislarla del frío y hacerla más confortable.

La base necesita estirarse bien para evitar que el aire la levante del suelo. Orientar la puerta perpendicular al lado del que sople el aire es otra solución.

No cocinar nunca en el interior de la tienda para no dañar el doble techo e impedir incendios.

Cerrar adecuadamente la tienda al abandonarla por un rato, esto evitará que los insectos penetren al interior.