En nuestro post anterior realizamos una breve descripción de los beneficios de las vitaminas y cómo nos pueden ayudar a nutrir nuestro organismo de forma complementaria. Durante esta semana y la próxima profundizaremos un poco más en los beneficios directos de cada vitamina de cara a la piel.
Síntomas de deficiencias de vitaminas: Una piel seca nos indica que estamos, evidentemente ante una piel deshidratada, para lograr una correcta renovación y regeneración necesita de cierto tipo de vitaminas.
Las vitaminas A, C y K nutren la piel considerablemente, aunque en el caso de la vitamina K no es muy frecuente su deficiencia, sin embargo si notamos hematomas frecuentemente o pequeñas manchas rojas, podemos estar ante la presencia de una deficiencia de este tipo de vitamina.
Como ya sabemos las vitaminas se encuentran de forma natural tanto en los vegetales como animales, son tan importantes para el funcionamiento del cuerpo humano que son pocas las excepciones en que el cuerpo humano no las produce.
Vitamina A: Cuando hablamos de Beta Caroteno, nos referimos concretamente a la Vitamina A, la cual se caracteriza por no ser producida por el cuerpo humano, por lo tanto hay que obtenerla de nuestra alimentación o de los suplementos
Beneficios de la Vitamina A:
- La Vitamina A incrementa la actividad de las enzimas, regenerando la piel y mejorándola considerablemente.
- Normaliza la renovación celular, proceso que actúa en contra de la piel seca, la hace muy efectiva para mejorar las condiciones como la soriasis, eczema y el acné.
- Mejora la producción de colágeno y por lo tanto contribuye a una piel más firme.
Vitamina E: El Tocoferol o Vitamina E es otro componente que ayuda a mejorar el sistema inmunológico al prevenir la degeneración celular, en cuanto a la piel mejora considerablemente la elasticidad de la misma.
Beneficios de la Vitamina E:
- Ayuda a reducir las arrugas, curar las cicatrices y disminuir inflamaciones.
- Protege la piel contra los efectos del daño solar.
- Ayuda a disminuir las inflamaciones.
- Reduce el riesgo de daño solar en las células, además de reducir la producción de células cancerígenas.